lunes, 25 de abril de 2011

Un dia lluvioso...

Escrito por Esther (esther_10)


Eran las 11 de la mañana. Los chicos tenían el día libre, así que la mayoría se pasaron toda la mañana durmiendo después del cansancio de los últimos días.
Vilma se despertó de golpe. La tormenta no paraba de mover el barco de un lado para otro y eso hacía que no pudiese dormir con tranquilidad.
Mientras se incorporaba, notó un fuerte rugido en sus tripas.

- ¿Otra vez tienes hambre, pequeño? - Dijo, en voz baja para no despertar a sus amigas, mientras se acariciaba delicadamente la barriga.

Se levantó, se puso una chaqueta para no pasar frío y se dirigió hacia la cocina.

- Buenos días.

- Buenos días. - Dijo Salomé con esa alegría que le caracterizaba y que, según algunos tripulantes, tranquilizaba en momentos tensos.

- Bu-b-buenos días.- Dijo Burbuja, que nada más ver a Vilma se lanzó a abrazarla por haberse preocupado tanto por él aquel día.

- Joder, Salomé...¿Otra vez pescado?

- Es lo que hay. Yo no tengo la culpa, cariño.

- Encima del día tan feo que hace...

- ¿Lo dices por la lluvia? Pues a mi no me parecen tan malos los días de lluvia.

- Bueno, tú porque sabes encontrar las cosas buenas a todo.

- La lluvia de una forma u otra te hace reflexionar. Esta mañana la observaba desde el ojo de buey de mi camarote y me recordaba al amor.

- Que bo-bonito Sssalomé.- Dijo Burbuja riéndose.

- ¡Venga ya! Jajaja.- Vilma se empezó a reir, como era de costumbre cuando se sacabe ese tema.
- Que lo digo enserio, eh.

- Bueno, y ¿qué conclusión has sacado?.- Dijo Vilma secándose las lágrimas después de reirse.

- En verdad me recordó a un párrafo de un libro que leí hace unas semanas...Mirad os lo leo mientras se descongela el pescado: Mirar la lluvia a través de la ventana de mi habitación hace que me recuerde al amor. Es un día como otro cualquiera y de repente ves como el cielo se empieza a poner gris. Si eres valiente, no te importará mojarte. Si eres cobarde, irás corriendo hacia tu casa para que no te pille la lluvia y te quedarás mirando el agua que choca contra tu ventana; porque te gusta la lluvia cuando puedes huir de ella. El valiente disfruta mientras le cae el agua por el cuerpo, sin importarle qué pasará después. El cobarde está deseando que salga el sol; y espera a que las gotas que caen por el cristal lleguen lo más rápido posible al suelo para que se sequen rápido. El valiente quiere un diluvio. El cobarde que caigan cuatro míseras gotas. El valiente dice que hay sequía. El cobarde que hay agua de sobra. El valiente es feliz. El cobarde espera serlo algún dia.

- Uuuooo. - Dijo Burbuja con la boca abierta.

- ...¿Vilma? - Preguntó Salomé, al verla distraída mientras miraba fijamente el montón de kiwis que habían sobre la mesa.

- ¿Qué? ¿qué pasa?...Bueno, me voy. Nos vemos luego.

Vilma salió disparada de la cocina, como si de repente se hubiese acordado de algo que tenía que hacer. Bajo a la planta de abajo, dónde estaban los camarotes, y fue con paso acelerado hacia la habitación de Palomares, Ramiro y Piti. Se dirigió a la cama de éste último y empezó a zarandearlo para que se despertara. Después de varios intentos, él se despertó llevándose un golpe en la cabeza por culpa de la madera que tenía encima de su cama.

- Vilma...¿Qué haces aquí? - Dijo, incorporándose, sorprendido pero a su vez feliz.

- ¡Está lloviendo!

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