lunes, 19 de septiembre de 2011

Segunda parte

Había llegado la hora de la fiesta, todo estaba preparado para celebrar el cumpleaños de Valeria y además de la fiesta se había preparado un gran baile para animar los ánimos que estaban bajos tras los últimos acontecimientos.
Los fuertes vientos habían cesado y todos se encontraban preparándose para el gran baile, todos menos Piti, que se encontraba en cubierta, no quería hablar ni ver a nadie por lo que planeaba pasarse la noche allí, mirando el cielo y pensando, lo único que había estado haciendo desde el día anterior.

En el camarote de las chicas…

Vilma se encontraba pensativa y distante, estaba sentada en su cama mirando como Ainhoa y Estela se arreglaban para el baile, mientras ella no movía un solo apéndice de su cuerpo.

Estela: ¡Vilma! Estás empanada tía, ¿no piensas arreglarte o que? No creo que lo que llevas sea muy idóneo para que alguien te saque a bailar...
Vilma: Yo paso de la fiesta Estela, me quedaré aquí, yo no soy de bailar y con mi estado tengo menos ganas que nunca.
Estela: Venga va, ¿Qué te pasa? No creo que el embarazo sea el motivo para que no bailes… me da que lo tuyo es algo de amores ¿eh?.
Vilma: Estela tú siempre pensando en lo mismo, no todo el mundo gira alrededor de los tios, a ver si te enteras.
Estela: Puede que no todo gire alrededor de eso pero lo que te pasa en estos momentos es por ese tema, estoy segura. ¿A que lo adivino? ¿Es por Piti?. Venga Ainhoa, ayúdame a que se quite esa coraza que no hay manera de que nos cuente nada.
Ainhoa: Estela déjala, no la agobies, que es peor… Lo único que te digo Vilma es que sea lo que sea te animes y te vengas al baile, seguro que te viene bien.
Vilma: Mira que sois pesadas… venga va, voy pero me voy a poner lo primero que pille.
Ainhoa: Con lo que sea iras guapísima, ya lo sabes.

Ainhoa y Estela salieron al comedor. Minutos después Vilma comenzó a vestirse, no se acicaló demasiado, su ropa iba acorde con su estado de ánimo, soltó un suspiro y salió de su habitación directa al comedor, donde todos los tripulantes del barco estaban ya celebrando el cumpleaños de Valeria y esperaban al resto para comenzar con el baile.
Ella tenía la mente en otro sitio, iba desanimada, pero debía de ir, cómo le había dicho su amiga Ainhoa, no podía quedarse encerrada en el camarote todo el día.

Allí se encontraba todo el mundo, todos estaban riendo, buscando a su pareja para el baile que en unos minutos comenzaría, ella miraba a su alrededor, buscando a alguien, necesitaba ver por lo menos su rostro para ver como estaba, pero en ese instante no se encontraba allí, por mucho que miraba, no lo veía… De repente alguien se acercó a ella…

Palomares: ¡Vilma! ¿Qué haces aquí tan sola? ¿buscas a alguien?
Vilma: ¡Hola Palomares!. A nadie, sólo estaba mirando a los demás, me sorprende y me anima ver los animados están todos, parece mentira, con el ambiente que había ayer.
Palomares: ¿Y que vas a hacer? ¿Piensas salir a bailar?
Vilma: No me apetece mucho, tampoco tenía muchas ganas de venir aquí pero las chicas me han animado y he decidido salir del camarote, pero no tengo ganas de bailar, ni tampoco con quién.

Palomares miró hacia abajo un poco decepcionado, sentía la necesidad de decirle a Vilma de salir a bailar, de sentirla cerca y poder tocarla, lo necesitaba, cómo nunca antes había necesitado hacerlo, pero no se atrevía, él también tenía mucho miedo al rechazo de Vilma.
Ella se dió cuenta de algo…

Vilma: ¿Te pasa algo? Te has quedado callado de repente, ¿Querías decirme algo?.
Palomares: No, Vilma, déjalo… no es nada.
Vilma: Palomares, te conozco muy bien, cada uno de tus movimientos me los conozco a la perfección, venga, Pídemelo.

Palomares sonrió, era increíble como Vilma había podido darse cuenta de sus intenciones y la manera que tenía de hacerle sonreír, la perfección de la sonrisa de ella y sus palabras siempre lo conseguían. Sin pensárselo dos veces se atrevió a pronunciar las palabras que estaba deseando decir desde que la vió entrar en el comedor…

Palomares: Vilma, ¿Me concedes el honor de bailar conmigo?

Vilma accedió con una sonrisa y le tendió la mano, ya agarrados empezaron a bailar al unísono… Vilma estaba contenta, Palomares le hacía sentirse bien, sentía bienestar y se sentía plena pero algo dentro de ella no iba bien… todavía tenia la sensación de tristeza que había tenido todo el día, estaba confundida, dispersa, sabía que no se había portado bien con Piti y que lo que le dijo no era del todo cierto, no era acorde a sus sentimientos pero por alguna razón necesitaba decirle eso.

En ese momento, mientras Vilma y Palomares bailaban agarrados dejándose llevar por el ritmo de la música y la noche, Piti entró en el comedor, estaba cansado de andar en cubierta pensando en lo que podía ser y ya nunca sería. Lo primero que vio al entrar fue a su mejor amigo y a la chica de la que estaba enamorado bailando, agarrados y tan sumidos en el baile que parecía que se encontraban en un mundo paralelo, dónde todo lo demás no se encontraba allí en ese momento y solo estaban ellos.

Piti intentaba asimilar lo que estaba viendo, no podía creerlo, si ya tenía el corazón hecho en pedazos esto lo destrozaba aún más, una lágrima calló de sus ojos y se deslizó por la mejilla, en ese momento la mujer a la que más deseaba tener entre sus brazos estaba en los brazos de su amigo, él sabía que nunca podría tocarla de esa manera, ella no lo querría nunca de la forma que él la quería, sumido por la tristeza se fue a su camarote más hundido de lo que había entrado al comedor.

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